La Muestra de Cine Internacional Memoria, Verdad y Justicia siendo un evento cultural importante para toda la región centroamericana que se realizaba de forma anual en Guatemala desde el año 2010, un proyecto concentrado en visualizar los múltiples esfuerzos de diferentes países para alcanzar la justicia en sus más amplias facetas lamentablemente desde este año 2015 la muestra cesará y no podrá realizarse en el país de Guatemala. La Muestra de Cine Internacional Memoria, Verdad, Justicia, busca ofrecer un cine nacional e internacional independiente que tanto los cines comerciales como los canales de televisión empresariales no ofrecen a la sociedad guatemalteca. Un cine social, humano y artístico para una sociedad marcada por la violencia, la exclusión, el racismo, la injusticia, la impunidad y la intolerancia.
Uli Stelzner director y fundador de esta muestra nos explica a traves del siguiente comunicado de prensa el porque el exilio de la muestra hacia otros horizontes:
La Muestra de cine internacional
MEMORIA VERDAD JUSTICIA
sale al exilio.
El equipo organizador decidió presentar la sexta edición de la Muestra de Cine Internacional Memoria Verdad Justicia, en 3 escenarios fuera de Guatemala, en un exilio temporal e inevitable.
-1-
Pese a que en 2014 las salas de la muestra recibieron más de 11,000 personas ávidas de un cine de alta calidad estética y aliento conscientizador, la censura y la autocensura de 3 películas produjo un impacto negativo e impuso la necesidad de un balance y un análisis que requieren de la distancia y la sanción de otros públicos solidarios.
Para hacer memoria: el año pasado, tres películas de importancia político-cultural para Guatemala, fueron retiradas a último momento por sus productores, directores o protagonistas (según el caso), por temor a “posibles represalias” y “actos que vulneren la integridad”. Y como si eso fuera poco, otra película guatemalteca fue objeto de una fuerte presión por voceros de tres ministerios de Estado, no sólo ante nosotros como responsables de la programación, sino ante el grupo que la hizo y la prensa democrática, que no ha cesado de divulgar nuestro programa, a lo largo de los años.
En Guatemala, los escenarios que definen la producción y la exhibición de cine independiente, así como la defensa de los derechos humanos y la libertad de expresión en su conjunto, son bastante complejos y están sujetos a una dinámica no pocas veces ajena a la democracia y a la Constitución del país. No obstante, baste decir por ahora que MEMORIA VERDAD JUSTICIA no puede programar películas, si quienes las hacen y participan en ellas sienten miedo y están convencidos que su vida corre peligro. El año pasado asumimos ante el público y la sociedad la responsabilidad irrenunciable de enfrentar la censura, pero entendimos y respetamos la decisión de quienes optaron por retirarse, a la espera de mejores condiciones para volver con la verdad de sus imágenes, a enrriquecer el destino del país. La decisión de llevar la muestra al exilio, es una postura ética que refleja la impunidad, la violencia y el temor que todavía reina en Guatemala.
Por otra parte, frente a la película que sufrió “advertencias” inadmisibles por parte del Estado pero cuyos realizadores insistieron en exhibirla, nos mantuvimos firmes, la programamos y la defendimos hasta el final, sin suspender una sola de sus proyecciones. Obramos así porque estamos convencidos que cualquier cineasta de Guatemala o el extranjero, tiene pleno derecho de usar el arte y la técnica cinematográfica para indagar, interpretar y discutir la realidad con la población. Sobre todo si se trata de un grupo de jóvenes preocupados por el destino del sistema educativo, pilar de la democracia y el bienestar compartido.
-2-
Salir al exilio significa para MEMORIA VERDAD Y JUSTICIA una incisión, una cesura dolorosa. Nunca para nosotros y para quienes exhibieron antes películas sociales, ha sido fácil sostener la independencia del programa y no doblegarse ante la censura y la adversidad. No obstante, hoy la situación es distinta y un tanto delicada. Por un lado, aunque se trata de una muestra internacional, el cine guatemalteco -tanto el contemporáneo como el histórico- ha tenido un significado primordial para el público. De hecho, cada edición de la muestra se inauguró con una película sobre Guatemala, incluyó otros títulos locales y presentó sin falta la sección "Memoria Visual", con materiales inéditos, distantes en el tiempo o poco accesibles, de primera importancia histórica, ofreciéndo la opción de adquirirlo en DVD para ampliar su difusión.
En suma, el cine nacional ha sido parte escencial de la muestra, mientras que el cine internacional abría ventanas hacia el mundo, haciendo posible el encuentro y el reconocimiento del público guatemalteco con otros pueblos y otras realidades. La combinación de lo nacional y lo internacional, la presencia de invitados internacionales y panelistas nacionales, el desarrollo de debates serios y diálogos con el público, la sección Cine 15+ para estudiantes y la exhibición ciudades del interior del país ha hecho de la Muestra un evento significativo, no sólo para Guatemala, sino a nivel regional y latinoamericano. Como dijimos en 2014, cuando cumplíamos un lustro de exhibición ininterrumpida:”la muestra nos dignificó ante nosotros y ante los ojos del mundo”.
Queremos insistir en que la decisión no es fácil. Sabemos que existe un público numeroso que nos espera, que los debates en el espacio público fomentan el pensamiento crítico, que las películas contribuyen a la conquista y el respeto de los derechos humanos… Sabemos también que para quienes hacen cine, la Muestra representa un impulso y un respaldo importante a su quehacer. Sin embargo, sin películas sobre la realidad nacional la Muestra pierde buena parte de su sentido, porque una cosa es que el Estado no fomente el cine independiente, sobre todo el de aliento social, y otra cosa es que lo boicotee y le ponga más obstáculos de los que ya tiene. Ningún festival en el mundo puede sobrevivir a plenitud frente a la censura y la negación, porque se desgasta y termina cometiendo errores, o haciendo concesiones que traicionan su cometido de libertad e integridad. Por todo esto, nos vemos en la necesidad de tomar un poco de distancia, tomar un respiro, diseñar nuevas estrategias y prepararnos para lo que viene. El exilio momentáneo duele, pero es la manera de no interrumpirla y darle continuidad, aunque sea en el extranjero. Nuestra decisión representa una señal de alerta para autoridades y actores culturales, públicos y privados, de que es muy difícil trabajar por el cine, el arte y la cultura bajo la presión de la intolerancia y la imposición, y que esto incide de manera negativa en el curso de la vida política, económica y social del país.
Una cosa es cierta: no nos quedamos con las manos cruzadas y estamos organizando la sexta edición, a modo de muestra itinerante, en varios paises del extranjero. En primer lugar, vamos a presentar las películas excluidas del programa del año pasado, para llamar la atención sobre Guatemala, su cine y su realidad, y darnos a conocer a nivel internacional. Buscamos conciencia, solidaridad, afecto y empatía. La primera edición tendrá lugar a finales de abril en la Ciudad de Berlin, Alemania, donde hace poco Guatemala obtuvo su primer Oso de Plata, y donde el público alemán e internacional hace colas para apreciar el aporte cinematográfico de un país distante y un tanto mítico, por su cultura ancestral, por sus grandes aportes al arte mundial, por la densidad y riqueza de su cultura. Nos acompañarán directores y protagonistas guatemaltecos e invitados de otras latitudes. En junio formaremos parte del Festival de Cine de Derechos Humanos en Buenos Aires, Argentina, con una sección propia, y a finales de 2015 presentarémos la Muestra en un país centroamericano.
No sabemos si podremos seguir en Guatemala en 2016, porque varios donantes se vieron obligados a retirarse del proyecto y quizás la muestra tenga que prolongar un poco su exilio. Esperemos que el viaje de 2015 nos depare fuerza, voluntad y nuevo apoyo internacional. También deseamos que las cosas en Guatemala cambien, que el cine guatemalteco de aliento humano y social no se deje vencer y que la población abrace pronto el destino de la alegría, la plenitud y el buen vivir.
Berlin, 3 de marzo 2015
Uli Stelzner
director
Muestra de Cine Internacional Memoria Verdad Justicia
La Muestra de cine internacional
MEMORIA VERDAD JUSTICIA
sale al exilio.
El equipo organizador decidió presentar la sexta edición de la Muestra de Cine Internacional Memoria Verdad Justicia, en 3 escenarios fuera de Guatemala, en un exilio temporal e inevitable.
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Pese a que en 2014 las salas de la muestra recibieron más de 11,000 personas ávidas de un cine de alta calidad estética y aliento conscientizador, la censura y la autocensura de 3 películas produjo un impacto negativo e impuso la necesidad de un balance y un análisis que requieren de la distancia y la sanción de otros públicos solidarios.
Para hacer memoria: el año pasado, tres películas de importancia político-cultural para Guatemala, fueron retiradas a último momento por sus productores, directores o protagonistas (según el caso), por temor a “posibles represalias” y “actos que vulneren la integridad”. Y como si eso fuera poco, otra película guatemalteca fue objeto de una fuerte presión por voceros de tres ministerios de Estado, no sólo ante nosotros como responsables de la programación, sino ante el grupo que la hizo y la prensa democrática, que no ha cesado de divulgar nuestro programa, a lo largo de los años.
En Guatemala, los escenarios que definen la producción y la exhibición de cine independiente, así como la defensa de los derechos humanos y la libertad de expresión en su conjunto, son bastante complejos y están sujetos a una dinámica no pocas veces ajena a la democracia y a la Constitución del país. No obstante, baste decir por ahora que MEMORIA VERDAD JUSTICIA no puede programar películas, si quienes las hacen y participan en ellas sienten miedo y están convencidos que su vida corre peligro. El año pasado asumimos ante el público y la sociedad la responsabilidad irrenunciable de enfrentar la censura, pero entendimos y respetamos la decisión de quienes optaron por retirarse, a la espera de mejores condiciones para volver con la verdad de sus imágenes, a enrriquecer el destino del país. La decisión de llevar la muestra al exilio, es una postura ética que refleja la impunidad, la violencia y el temor que todavía reina en Guatemala.
Por otra parte, frente a la película que sufrió “advertencias” inadmisibles por parte del Estado pero cuyos realizadores insistieron en exhibirla, nos mantuvimos firmes, la programamos y la defendimos hasta el final, sin suspender una sola de sus proyecciones. Obramos así porque estamos convencidos que cualquier cineasta de Guatemala o el extranjero, tiene pleno derecho de usar el arte y la técnica cinematográfica para indagar, interpretar y discutir la realidad con la población. Sobre todo si se trata de un grupo de jóvenes preocupados por el destino del sistema educativo, pilar de la democracia y el bienestar compartido.
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Salir al exilio significa para MEMORIA VERDAD Y JUSTICIA una incisión, una cesura dolorosa. Nunca para nosotros y para quienes exhibieron antes películas sociales, ha sido fácil sostener la independencia del programa y no doblegarse ante la censura y la adversidad. No obstante, hoy la situación es distinta y un tanto delicada. Por un lado, aunque se trata de una muestra internacional, el cine guatemalteco -tanto el contemporáneo como el histórico- ha tenido un significado primordial para el público. De hecho, cada edición de la muestra se inauguró con una película sobre Guatemala, incluyó otros títulos locales y presentó sin falta la sección "Memoria Visual", con materiales inéditos, distantes en el tiempo o poco accesibles, de primera importancia histórica, ofreciéndo la opción de adquirirlo en DVD para ampliar su difusión.
En suma, el cine nacional ha sido parte escencial de la muestra, mientras que el cine internacional abría ventanas hacia el mundo, haciendo posible el encuentro y el reconocimiento del público guatemalteco con otros pueblos y otras realidades. La combinación de lo nacional y lo internacional, la presencia de invitados internacionales y panelistas nacionales, el desarrollo de debates serios y diálogos con el público, la sección Cine 15+ para estudiantes y la exhibición ciudades del interior del país ha hecho de la Muestra un evento significativo, no sólo para Guatemala, sino a nivel regional y latinoamericano. Como dijimos en 2014, cuando cumplíamos un lustro de exhibición ininterrumpida:”la muestra nos dignificó ante nosotros y ante los ojos del mundo”.
Queremos insistir en que la decisión no es fácil. Sabemos que existe un público numeroso que nos espera, que los debates en el espacio público fomentan el pensamiento crítico, que las películas contribuyen a la conquista y el respeto de los derechos humanos… Sabemos también que para quienes hacen cine, la Muestra representa un impulso y un respaldo importante a su quehacer. Sin embargo, sin películas sobre la realidad nacional la Muestra pierde buena parte de su sentido, porque una cosa es que el Estado no fomente el cine independiente, sobre todo el de aliento social, y otra cosa es que lo boicotee y le ponga más obstáculos de los que ya tiene. Ningún festival en el mundo puede sobrevivir a plenitud frente a la censura y la negación, porque se desgasta y termina cometiendo errores, o haciendo concesiones que traicionan su cometido de libertad e integridad. Por todo esto, nos vemos en la necesidad de tomar un poco de distancia, tomar un respiro, diseñar nuevas estrategias y prepararnos para lo que viene. El exilio momentáneo duele, pero es la manera de no interrumpirla y darle continuidad, aunque sea en el extranjero. Nuestra decisión representa una señal de alerta para autoridades y actores culturales, públicos y privados, de que es muy difícil trabajar por el cine, el arte y la cultura bajo la presión de la intolerancia y la imposición, y que esto incide de manera negativa en el curso de la vida política, económica y social del país.
Una cosa es cierta: no nos quedamos con las manos cruzadas y estamos organizando la sexta edición, a modo de muestra itinerante, en varios paises del extranjero. En primer lugar, vamos a presentar las películas excluidas del programa del año pasado, para llamar la atención sobre Guatemala, su cine y su realidad, y darnos a conocer a nivel internacional. Buscamos conciencia, solidaridad, afecto y empatía. La primera edición tendrá lugar a finales de abril en la Ciudad de Berlin, Alemania, donde hace poco Guatemala obtuvo su primer Oso de Plata, y donde el público alemán e internacional hace colas para apreciar el aporte cinematográfico de un país distante y un tanto mítico, por su cultura ancestral, por sus grandes aportes al arte mundial, por la densidad y riqueza de su cultura. Nos acompañarán directores y protagonistas guatemaltecos e invitados de otras latitudes. En junio formaremos parte del Festival de Cine de Derechos Humanos en Buenos Aires, Argentina, con una sección propia, y a finales de 2015 presentarémos la Muestra en un país centroamericano.
No sabemos si podremos seguir en Guatemala en 2016, porque varios donantes se vieron obligados a retirarse del proyecto y quizás la muestra tenga que prolongar un poco su exilio. Esperemos que el viaje de 2015 nos depare fuerza, voluntad y nuevo apoyo internacional. También deseamos que las cosas en Guatemala cambien, que el cine guatemalteco de aliento humano y social no se deje vencer y que la población abrace pronto el destino de la alegría, la plenitud y el buen vivir.
Berlin, 3 de marzo 2015
Uli Stelzner
director
Muestra de Cine Internacional Memoria Verdad Justicia
Acá puedes ver la éxito que tuvo la muestra el año pasado y lo que los guatemaltecos estaríamos perdiendo por esa censura que Guatemala aun maneja: http://cinememoriaverdadjusticia.com/
1 Comentarios
Es lamentable que esta muestra se haya tenido que interrumpir por las condiciones que actualmente vive Guatemala. Pero la censura no puede más que la verdad. Espero que este exilio sirva para recargar fuerzas y que retornen con más vitalidad, con ese aliento de esperanza porque una Guatemala mejor es posible.
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